Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Macabeos 6, 54-59

54 Víctimas, pues, del hambre, dejaron unos pocos hombres en el
Lugar Santo y los demás se dispersaron cada uno a su casa.

55 Se enteró Lisias de que Filipo, aquel a quien el rey Antíoco había
confiado antes de morir la educación de su hijo Antíoco para el trono,

56 había vuelto de Persia y Media y con él las tropas
que
acompañaron al rey, y que trataba de hacerse con la dirección del gobierno.

57 Entonces se apresuró a señalar la conveniencia de volverse,
diciendo al rey, a los capitanes del ejército y a la tropa: «De
día en día
venimos a menos; las provisiones faltan; la plaza que asediamos está bien
fortificada y los negocios del reino nos urgen.

58 Demos, pues, la mano a estos hombres, hagamos la paz con ellos y
con toda su nación

59 y permitámosles vivir según sus costumbres tradicionales, pues
irritados por habérselas abolido nosotros, se han portado de esta manera.»